El exportero del Chapecoense, Jackson Follmann, uno de los seis supervivientes del accidente aéreo en Colombia, celebra la vida después de la tragedia que le convirtió en un ‘milagro de Dios’ y ve en el horizonte unos posibles Juegos Paralímpicos.
«Yo siempre voy a ser un deportista. Siempre voy a ser el portero del Chapecoense. Pienso en unos Juegos Paralímpicos, aunque un poco más hacia adelante», aseguró Follmann, en una entrevista a Efe, mientras bebía yerba mate, típica del sur de Brasil.
El futbolista de 24 años afronta un nuevo día de rehabilitación después del accidente que le costó la vida a la mayoría de sus compañeros cuando el equipo se dirigía a Medellín para disputar la final de la Copa Sudamericana frente al Atlético Nacional.
Follmann todavía sufre una lesión en el pie izquierdo (en el que recibió un injerto) y perdió una parte de la pierna derecha, lo que le ha llevado a colocarse una prótesis que prueba desde hace tres semanas.
En sus sesiones de rehabilitación en Sao Paulo, el deportista está acompañado en todo momento por su novia y por su agente, quien destaca su optimismo para pasar página a la tragedia y comenzar a pesar en su futuro.
«Ya ha perdido el miedo de ponerse de pie y está aprendiendo de nuevo a caminar», señaló su representante.
Su evolución, cuenta el doctor José André Carvalho, está por encima de la media: «Ha conseguido empezar a caminar en dos semanas, cuando lo normal son unas cuatro».