Investigadores aseguran que cambiar hábitos alimenticios y adoptar una dieta más vegetariana es benéfico para la salud humana, pero también para el medio ambiente, ya que reduciría sustancialmente el consumo de recursos hídricos, hasta 55 por ciento por individuo.
El concepto de huella hídrica es reconocido como altamente valioso para crear conciencia sobre la gran cantidad de recursos hídricos requeridos para producir los alimentos que consumimos, así que científicos estudiaron el consumo de agua relacionado con dietas actuales y recomendadas en tres países europeos.
La investigación se realizó en Alemania, Francia y Reino Unido, donde se tomaron en cuenta a nivel geográfico los factores socioeconómicos del consumo de alimentos, tanto para dietas existentes como para las recomendadas, así como encuestas nacionales de alimentos.
Los investigadores del Centro Común de Investigación, de la Dirección de Recursos Sostenibles de la Comisión Europea, en Ispra, Italia, delinearon una huella hídrica relacionada con el consumo de alimentos a nivel geográfico detallado en el periodo de referencia 2007-2011.
Determinaron que la huella hídrica del consumo de alimentos (domésticos e importados) por persona y por día es de dos mil 929 litros para Alemania, de tres mil 861 litros para Francia y de dos mil 757 litros para Reino Unido.
Encontraron diferencias geográficas en los valores de la huella hídrica para las dietas existentes, así como para la reducción de las huellas hídricas asociadas con un cambio en las dietas saludables recomendadas (con carne, pescetariana y vegetariana).
Según con los resultados, publicados en la revista británica Nature Sustainability, cambiar a una dieta más saludable puede reducir la huella de agua de un individuo hasta en 55 por ciento, convertirse en vegetariano tiene mayor impacto, pero incluso reducir sólo la carne representa un ahorro de 10 por ciento.
Para todas las 43 mil 786 entidades geográficas analizadas, la huella hídrica disminuye con una dieta saludable que contenga carne (rango 11-35 por ciento); pero con las dietas pescetarianas (de pescado) se observan reducciones mayores (rango 33-55 por ciento); al igual que las vegetarianas (rango 35-55 por ciento).
“En otras palabras, cambiar a una dieta saludable que contenga más vegetales, verduras y frutas no solo es bueno para la salud humana, sino que también reduce sustancialmente el consumo de agua, de manera consistente para todas las entidades geográficas de los tres países”, sostienen los investigadores.
Una dieta saludable recomendada es una “situación de ganar-ganar”, asegura el equipo científico ya que “los ciudadanos estarán más saludables y sus alimentos se pueden producir utilizando menos agua, uno de nuestros recursos naturales más preciados”.
El mensaje principal de esta investigación es que “si cambias a una dieta saludable, ya sea con carne o sin ella (vegetariano o pescetariana), de acuerdo con tus preferencias, estarás sano, pero también ayudará a conservar el medio ambiente”, afima Davy Vanham, del Centro Común de Investigación.
Los recursos de agua dulce ya son escasos, pero el problema empeorará debido al crecimiento de la población, los estilos de vida cambiantes y el cambio climático, así que la población podría ayudar más allá de tomar duchas cortas o cerrar el grifo cuando se cepillan los dientes, cambiando su dieta.
Hay una reducida conciencia sobre la cantidad de agua utilizada para producir alimentos, pues se consume mucha agua para criar al ganado y para aceites, azúcares y grasas, pero cultivar frutas y verduras es más eficiente en el uso del vital líquido.