Continúan siendo ornamentales las cámaras de seguridad que están distribuidas en las principales calles de esta ciudad. Aún y con la instalación de más de estos aparatos, siguen imparables los robos de vehículos, transeúntes, negocios y viviendas.
De acuerdo a datos oficiales proporcionados con anterioridad por el subdelegado del C-5, Carlos Campos, hasta marzo de este año, estaban instaladas 672 cámaras de video vigilancia en la ciudad, de las cuales sólo estaban funcionando 172 y faltaban por instalarse 500 más.
Parte de esas 500 cámaras han comenzado a instalarse, pero se ignora si ya están en funciones o si en el centro de control y comando existe suficiente personal para monitorear las mil 172 cámaras que se proyecta montar en Uruapan.
Ciudadanos que han resultado afectados opinaron que dichas cámaras valdrían más si con todo y base se vendieran a los recolectores de fierro usado, ya que seguramente son costosas, pero no funcionales.
Un ejemplo de lo anterior se da en la calle Manuel Ocaranza en pleno centro de la ciudad, en donde el pasado lunes se robaron la camioneta de un profesor, a las 11.30 horas, pero todos los días se dan a conocer reportes ciudadanos en las redes sociales, dando cuenta de robos de vehículos.
El afectado fue uno de los maestros que atienden el Cendi del Partido del Trabajo, lugar frente al cual estacionó su vehículo, el cual en cuestión de minutos desapareció. Esto a dos cuadras de donde se acaba de instalar una muy vistosa cámara de vigilancia.
Empleados del Cendi refirieron que hace unos días se robaron una motocicleta de otro trabajador y que hace unos meses, descubrieron a un sujeto intentando introducirse a un automóvil, pero que los vecinos del área lo sorprendieron en el acto, lo detuvieron y lo amarraron en un poste, para después entregarlo a la patrulla policiaca, que horas después de haber sido llamada acudió al requerimiento de auxilio.
Por otro lado cabe mencionar que con o sin cámaras es frecuente que sujetos se introduzcan a las viviendas de esa calle, a veces logrando robar o a veces huyendo al verse sorprendidos.
De acuerdo a datos oficiales el 95 por ciento de los atracos en la vía pública se cometen por parte de sujetos, que en pareja viajan a bordo de motocicletas sin placas o en automóviles con vidrios polarizados.
De acuerdo a los perfiles divulgados por el Grupo de Coordinación Local, los delincuentes comunes que roban vehículos, los prefieren de modelo atrasado y son personas adictas a drogas que los malbaratan para seguir consumiendo substancias.