Salarios Privilegiados en la Michoacana Pese a Riesgo de Quiebra

La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) es una máquina de generar gastos y pagar altos salarios. Directivos, académicos y empleados disponen de regalías negadas a un trabajador mexicano promedio y, pese a la crisis endémica que afecta a la institución, perciben remuneraciones que los sitúan entre las elites económicas de Michoacán, y en algunos casos del país.

La situación explica, en gran parte, la crisis estructural que tiene a la institución educativa al borde de la quiebra. Hace unos días, la Universidad recién pagó la segunda quincena de julio, con casi un mes de retraso.

Pero esa demora no impide considerar a cientos de empleados de distintas áreas de la Michoacana como unos privilegiados, y al Sindicato Único de Empleados (SUEUM) como uno de los órganos más bendecidos por el dinero de los contribuyentes.

Salarios, gastos sindicales poco transparentes, celebraciones por el Día de la Madre o del Empleado Universitario, canastas familiares, prestaciones varias, jubilaciones y pensiones y apoyo a casas del estudiante son algunos de los conceptos para los cuales la UMSNH destina fuertes sumas de dinero y explican en gran parte la crisis estructural de la universidad, hoy nuevamente amenazada de quiebra.

A principios de este año el secretario ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies), Jaime Valls Esponda, señaló que entre las causas de la crisis de la UMSNH destacan el costo de las jubilaciones, la nómina y prestaciones no reconocidas por autoridades estatales y federales, y un creciente endeudamiento.

En tanto, en 2017, durante los Foros Universitarios para el Fortalecimiento del Sistema de Jubilaciones y Pensiones, destinado a transparentar los gastos de la UMSNH, los cuales contaron con la participación de expertos en el tema y autoridades universitarias –y que concitó el rechazo y las amenazas del líder del SUEUM, Eduardo Tena–, el actuario certificado Francisco Miguel Aguirre Farías indicó que las cifras revelaban que el 41% del presupuesto anual de la institución se otorgaba a jubilados.

Según sus cálculos, el problema se agravaría cada año y, de seguir el ritmo actual, en el año 2037 la Michoacana destinaría el 70% de sus recursos para nómina de jubilados.

Las cifras son elocuentes. En 2017 se utilizaron mil 686 millones 617 mil pesos para servicios de personal activo, 903 millones de pesos para jubilados y pensionados, y 321 millones de pesos para gastos de operación, con un total de 2 mil 910 millones. En 2018, pese a que aún no hay cifras oficiales, el gasto es similar, frente a un presupuesto de 2 mil 726 millones 310 mil 443 pesos.

La realidad actual es que, de no variar profundamente el esquema de gastos o contar con ingresos extraordinarios, la Universidad Michoacana va directo a la bancarrota. La situación se agravó desde 2011, cuando el Congreso del estado aprobó la gratuidad absoluta para los estudiantes sin preocuparse de destinar recursos extras para hacer frente a lo que se dejaría de percibir.

Pero la solución se ve difícil, puesto que cualquier reforma estructural pasa necesariamente por disminuir los altos –y en ocasiones opacos– fondos para las jubilaciones y para el SUEUM, órgano que casi cada año paraliza completamente la universidad cada vez que se analiza el tema.

Mientras tanto, la crisis no impide que gran parte de quienes laboran en la Michoacana disfruten de altos beneficios económicos. UMSHN, la vía a la prosperidad En marzo de 2017, el rector nicolaita, Medardo Serna, indicó que además del régimen de jubilaciones y pensiones las causas de la crisis son la plantilla y prestaciones no reconocidas, la manutención de los 6 mil alumnos que viven en los albergues estudiantiles y el decreto de gratuidad educativa.

El rector no se refirió a los altos salarios de los directivos. El hecho es que todos los altos funcionarios de la institución se ubican en los niveles socioeconómicos A/B y C, es decir, entre los ricos de México.

Eso, en un estado cuyo ingreso promedio es de aproximadamente 5 mil pesos mensuales.

Según la información pública extraída de la página de la Universidad Michoacana, el rector Medardo Serna recibió en los primeros seis meses de este año un total de 684 mil 588 pesos, equivalentes a más de 114 mil mensuales, sólo por concepto de remuneración neta. El indicador no incluye alguna otra percepción adicional.

Le sigue el secretario administrativo de la universidad, José Apolinar Cortés, quien mensualmente se embolsó una remuneración neta de 71 mil pesos. La lista de los 10 mejor pagados en la universidad la completan el tesorero, Adolfo Ramos Álvarez; el secretario general, Salvador García; el secretario académico, Jaime Espino; la coordinadora de Investigación Científica, Ireri Suazo; la directora de instituto, Tania Álvarez; la secretaria de Difusión Cultural, Norma Gaona Farías; la abogado general, Ana Teresa Malacara, y el contralor, Javier Alcántar Hernández.

Todos ellos perciben salarios que van desde 46 mil hasta 69 mil pesos mensuales, aproximadamente.

Las cifras indican que la UMSNH desembolsa cada mes un total de 646 mil pesos sólo en los salarios netos de estos diez trabajadores. Cuando se analiza la situación de los trabajadores en general, los números también confirman que trabajar en la UMSNH puede ser el camino a la prosperidad.

El gasto total en la nómina de los más de 7 mil trabajadores asciende a casi 230 millones de pesos mensuales; en otras palabras, un trabajador de la Universidad Michoacana gana en promedio 32 mil pesos mensuales.

Al oneroso gasto en salarios deben agregarse las prestaciones que reciben los trabajadores sindicalizados, y las prerrogativas del propio sindicato. Según el Contrato Colectivo firmado por el SUEUM y la UMSNH en 2017, los trabajadores miembros del órgano reciben un bono mensual de despensa de 2 mil 280 pesos, un 25% de salario mensual a quienes trabajan los domingos; una semana de salario cada mes por llegar a tiempo a trabajar, y entre 2 mil 760 y 4 mil 370 pesos anuales por antigüedad.

Además, según las normas, pueden jubilarse tras apenas 25 años de trabajo, y no aportan ni un solo peso al fondo para su jubilación. En contraparte, trabajan siete horas oficiales, con 30 minutos de descanso para colación, y en algunos casos con una tolerancia de 30 minutos a la hora de ingreso y 12 días libres al año, además de festivos, vacaciones o descansos regulares de dos días a la semana.

Pero las bondades de ser trabajador de la Michoacana no acaban ahí. El propio SUEUM recibe, entre otros ingresos, una cuota sindical de cada trabajador, 2 mil 890 pesos mensuales que le entrega la Universidad por cada trabajador sindicalizado; 177 mil anuales por el Día del Empleado Universitario; 66 mil anuales por “orientación sindical”; 22 mil pesos anuales para gastos de aniversario; 27 mil anuales para Secretaría del Interior; 130 mil anuales para el Día de la Madre; 66 mil anuales para la Secretaría de Relaciones Exteriores; 85 mil anuales para la Secretaría del Deporte; 72 mil anuales para fomento de la cultura, y 53 mil 500 para propaganda.

Todos estos conceptos son sólo algunos de los que aparecen explícitamente en el Contrato Colectivo de Trabajo. También están las casas del estudiante, a las cuales la UMSNH financia todos sus gastos. Las cifras oficiales nunca se han aclarado, dada la oposición violenta de los alumnos cada vez que se intenta transparentar el tema y el que no exista una partida oficial para este ítem, pero en 2015 trascendió que la Universidad daba 135 millones anuales a las casas del estudiante. Es decir, más de 10 millones de pesos al mes.