A mediodía, miles de barceloneses participaron en el minuto de silencio presidido por el rey Felipe VI, el presidente del gobierno español Mariano Rajoy, el presidente regional catalán Carles Puigdemont y la alcaldesa de la ciudad Ada Colau en la plaza Cataluña, a escasos metros del lugar de la masacre del día anterior.
El silencio sepulcral fue roto por un largo aplauso, acompañado por los gritos en catalán «No tinc por, no tinc por» (no tengo miedo, en español).
Muchos de los asistentes levantaron los brazos con las manos abiertas, un símbolo pacifista muy habitual años atrás cuando el país se veía sacudido por los atentados del grupo separatista vasco ETA.
Sin embargo, España no había sido golpeada hasta ahora por la última ola atentados por Europa de la organización Estado Islámico (EI), que reivindicó el ataque perpetrado en la popular avenida barcelonesa que dejó 13 muertos y más de 100 heridos.
Pasada la medianoche del viernes, otro intento de atentado fue frustrado por la policía que abatió a cinco «presuntos terroristas» en la localidad turística de Cambrils, 120 kilómetros al sur de Barcelona.
Aun así, los atacantes hirieron a un agente y seis civiles, una de las cuales fallecía este viernes en el hospital por las lesiones sufridas.
La policía se centra ahora en encontrar al conductor de la furgoneta que consiguió huir y todavía no ha sido localizado.
BUSCAN AL AUTOR
La policía en España buscaba este viernes a Moussa Oukabir, hermano de uno de los detenidos el jueves en relación con los ataques ocurridos en Barcelona y Cambrils que causaron 14 muertos, informó la policía regional de Cataluña.
«Estamos buscando a Moussa Oukabir pero por el momento no se ha concluido que sea el conductor de la furgoneta. Es objetivo policial», señaló en un escueto mensaje la policía regional.
Una fuente policial señaló que el sospechoso es hermano del marroquí Driss Oukabir, detenido el jueves en Ripoll, un municipio a 100 kilómetros al norte de Barcelona donde el viernes por la mañana se detuvo a otro sospechoso y se practicaron registros en domicilios.
El responsable de Interior del gobierno catalán, Joaquim Forn, explicó en una entrevista a la televisión local TV3 que había «una relación personal» entre ambos detenidos y que «podría haber otras personas en Ripoll que podrían tener relación con este grupo».
El jueves se detuvo también a un español en Alcanar, 200 kilómetros al sur de Barcelona, vinculado con la explosión de una casa donde la policía sospecha que se podrían estar preparando artefactos explosivos.