El cáncer de mama es una de las principales causas de muerte en las mujeres; y si no es mortal, al menos requiere una agresiva intervención quirúrgica para salvar la vida. Julián Ríos es un joven estudiante de 17 años cuya madre perdió ambos senos y estuvo a punto de perder la vida debido a un mal diagnóstico. Julián decidió trabajar junto con 4 amigos para encontrar una solución a esta terrible enfermedad. Esta solución podría valer millones de dólares.
Ríos y sus compañeros fundaron la startup Higia Technologies y desarrollaron EVA, un brasier que integra 200 pequeños biosensores capaces de mapear la superficie de la mama y determinar la conductividad térmica por zonas. Más calor en cierta área significa que hay mayor flujo de sangre, lo que representa que hay algo que se está alimentado de esos vasos sanguíneos. Comúnmente, esto corresponde a un cáncer. El brasier es inteligente, pues incluye un algoritmo que contrasta los datos obtenidos empíricamente con una base de datos de más de 1000 pacientes con cáncer de mama. Así, el gadget puede identificar con mayor precisión qué tipo de cáncer y en qué fase se encuentra el tumor. El primer prototipo de EVA ya fue puesto a prueba y arrojó una certeza de hasta 93% de acuerdo con la base de datos disponible.
‘El algoritmo lo que hace es que de los datos térmicos que recopilan los sensores, mide las curvas de conductividad térmica. Quistes y malformaciones tienen diferentes curvas. El algoritmo ve la curva y dice, ésta se asemeja muchísimo a la de un quiste a partir de las imágenes de la base de datos que ya tenemos . Mediante los cientos de árboles de decisión, determina cuál tipo de cáncer es y en qué fase es más probable que se encuentre’, comentó Ríos en una entrevista con Expansión.
Durante el último año, se han sumado 11 personas a Higia Technologies, entre los que se encuentran investigadores profesionales, estudiantes de maestría y hasta 3 oncólogos.
Un estudio del Institute for Healthcare Informatics (IMS) mostró que en 2015, el mercado global de tratamientos de cáncer creció a $107,000 millones de dólares y la proyección para 2020 es que su valor llegue a $150,000 millones de dólares.
Según Ríos, la comercialización del brasier será la primera y más sencilla fuente de ingresos, pues el equipo espera que EVA cueste alrededor de $2500 pesos. Sin embargo, la verdadera fuente de ingresos será la cantidad de datos que el algoritmo generará gracias a los usuarios, la cual tendrá alto valor para aseguradoras, hospitales, gobiernos y clínicas.
‘Enfocarnos en el big data y no el hardware nos permite hacer nuestro negocio un círculo virtuoso. Teniendo una venta de Eva barata nos posibilitará incrementar nuestra base de usuarios con lo que podremos aumentar nuestra base de datos y, por ende su valor’, comentó el joven estudiante.
Finalmente, el emprendedor aseguró que su invento no está enfocado en un grupo en particular, sino en todas las mujeres. Aunque cada unidad tiene un costo de producción de «solo» 1000 pesos, el resto se utilizará para realizar trámites y realizar más pruebas para mejorar aún más el producto.
‘EVA es un dispositivo que no merece simplemente estar en las manos de las personas de poder adquisitivo alto, sino en las manos de todas las mujeres’, finalizó Ríos.