El presidente Donald Trump ofreció hoy aquí que su gobierno peleará por la permanencia en Estados Unidos del último de los empleos, al reafirmar su amenaza de imponer sanciones a las empresas estadunidenses que cierren aquí operaciones y las trasladen al extranjero.
“Habrá un sustancial penalidad a pagar cuando despidan gente y se vayan a otros países, fabriquen su producto y piensen que lo podrán vender (aquí de vuelta)”, advirtió el mandatario, hablando en una planta ensambladora de la firma aeroespacial Boeing.
Durante su aparición en esta comunidad en Carolina del Sur, la cual tuvo reminiscencias de sus días de campaña, Trump prometió que la salida de Estados Unidos de empresas nacionales es algo que “no vamos a permitir que eso pase nunca más, créanme”.
Indicó que gracias a sus gestiones tempranas, muchas de las grandes compañías estadunidenses han optando por regresar algunas de sus operaciones y comprometer millonarias inversiones que resultarán en la generación de nuevos empleos.
“Desde noviembre (pasado), los empleos ya han empezado a crecer. Estamos viendo compañías abrir fábricas en Estados Unidos. Estamos viéndolos mantener sus trabajos en casa. Ford, General Motors, Fiat Chrysler», sólo por nombrar algunas empresas, dijo.
En enero pasado, Ford anunció la cancelación de sus planes para invertir 600 millones de dólares para construir una planta armadora en el estado mexicano de San Luis Potosí, donde construiría sus autos modelos Ford Focus.
La empresa reveló además planes para la creación de 700 empleos adicionales en una planta que opera en la comunidad de Flat Rock, en el estado de Michigan, en donde construirá vehículos eléctricos e híbridos.
Trump dijo que como parte de esta iniciativa, el lema de su administración, “comprar lo estadunidense y contratar a estadunidenses” será la base sobre la que descansará su política económica para la generación de nuevos empleos.