Petróleos Mexicanos (Pemex) dio por terminado un contrato de 1,800 millones de pesos con la brasileña Odebrecht para una parte de la reconfiguración de la refinería de Tula, Hidalgo, en el cual se llevan a cabo investigaciones por probables irregularidades administrativas.
A la vez, la estatal explicó que en lo referente a esta obra se lleva a cabo un análisis para definir la estrategia de continuación de los trabajos. En un documento presentado a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC), Pemex dijo que notificó a Odebrecht a mediados de junio que ponía fin al contrato firmado en el 2015 de ingeniería, procuración y construcción en la refinería Miguel Hidalgo.
La obra forma parte de una de las mayores inversiones de Pemex en materia de refinación: el aprovechamiento de productos residuales a la elaboración de gasolinas, en el cual convocó mediante invitaciones directas y licitaciones a empresas como ICA Flúor y Tapia Construcciones, además de la brasileña, que tiene acusaciones de sobornos en 12 países y cuyos directivos admitieron en diciembre en una Corte de Estados Unidos que entre el 2010 y el 2014 entregaron sobornos por 10.5 millones de dólares a funcionarios de una empresa estatal mexicana, con un directivo que se llevó más de la mitad de este monto.
Así, desde el 15 de febrero del 2014, la constructora brasileña obtuvo el contrato para el acondicionamiento del sitio, movimiento de tierras y conformación de plataformas para el proyecto de aprovechamiento de residuales para la Refinería Miguel Hidalgo, en Tula, y un año después, el 12 de noviembre del 2015, fue elegida por Pemex para llevar a cabo la construcción de accesos y obras externas para el proyecto de aprovechamiento de residuales para la Refinería Miguel Hidalgo, en el proyecto Tula II.