\r\n\r\nLas nuevas políticas estadounidenses en materia migratoria podrían tener repercusiones en el futbol profesional y no profesional de los Estados Unidos, al afectar cerca de siete jugadores de varias divisiones.\r\n\r\nEl pasado 28 de enero, el presidente Donald Trump firmó un decreto en el que prohibió temporalmente la entrada de extranjeros de siete países de mayoría musulmana, incluyendo a ciudadanos estadounidenses que poseen doble nacionalidad con alguna de estas naciones.\r\n\r\nEn este contexto, la MLS podría ver afectados a dos equipos que tienen en sus planteles a elementos de dichas procedencias: Justin Meram, iraquí-estadounidense que milita en el Columbus Crew, y Steven Beitashour, iraní-estadounidense que juega para el Toronto FC.\r\n\r\nAmbos jugadores nacieron en la Unión Americana, pero también poseen la nacionalidad de sus respectivos países de origen y, además, han sido convocados por sus selecciones. Si la medida se mantiene, no podrían iniciar la temporada, prevista para el 3 de marzo.\r\n\r\nMeram y Beitashour no son los únicos jugadores que se verán amenazados por las nuevas políticas, pues en las Ligas inferiores, NASL y United Soccer League, que fungen como Segunda y Tercera División, militan otros dos jugadores originarios de esos países: Eamon Zayed, jugador libioirlandés del Indy Eleven de la USL, así como el mediocampista de 20 años, Omar Mohamed, del FC Cincinnati y somalí de nacimiento.\r\n\r\nOtro jugador, Mehrshad Momeni, quien militaba en el Orange County, optó por el retiro. El riesgo también llega aún más abajo con Mohamed Awad, que juega futbol para la Universidad de Illinois, y Duach Jock, del San Diego Flash de la NPSL.\r\n\r\nLa MLS no se ha pronunciado al respecto. Sólo la Unión de Jugadores rechazó las medidas.