Pese a la estabilidad que registró la actividad económica en el actual sexenio, el crecimiento inercial de 2.4% promedio que se registrará es insuficiente para las necesidades del país. Estuvo limitado por la baja productividad de la economía, explicó a Excélsior Valeria Moy, directora general del observatorio México ¿cómo vamos?
La productividad, propuesta a inicios de la administración como el eje estructural que impulsaría el crecimiento económico, la generación de empleos y la reducción de la pobreza en el país, terminará el sexenio sin cumplir ninguna de las metas planteadas en el Plan Nacional de Desarrollo.
El Sexto Informe de Gobierno señala que para el indicador de productividad total se propuso un crecimiento sexenal de 6%, y al cierre del gobierno habrá caído 0.7%; para el de productividad laboral se propuso un avance de 10% pero apenas crecerá 3.1%, y para la productividad de la región sur-sureste del país se estimó una expansión de 14%, pero caerá 2.3 por ciento.
Otros indicadores que se quedarán cortos son la informalidad laboral, que se proyectó cerrar el sexenio en 50% de los ocupados, pero lo hará en 56.7 por ciento. En la inversión en ciencia y tecnología se propuso un gasto de 1% del PIB, pero quedará en 0.47%, y en los días para abrir una empresa que se estimó quedaría en 7 días, pero lo hará en 8.4 días.
La productividad se define como la relación entre la producción y los insumos requeridos para realizarla, como el capital, trabajo, energía y otros; de modo que se es más productivo cuando, por ejemplo, crece la producción utilizando la misma cantidad de insumos.
Valeria Moy afirma, en concordancia con lo planteado por Santiago Levy en su reciente libro Esfuerzos mal recompensados: la elusiva búsqueda de la prosperidad en México, que para mejorar la productividad se necesitan cambios regulatorios, en particular dejar de subsidiar la informalidad.
Comentó que en el país “se crean empresas que generan poco valor agregado, mueren las productivas y las no productivas sobreviven.La excesiva rotación de empresas pequeñas es nociva, porque nunca alcanzan a madurar porque estamos alineando mal los incentivos y asignando mal los recursos”.
Valeria Moy coincide con las conclusiones de Santiago Levy, en el sentido de que deben desaparecer programas que en el fondo subsidian la informalidad, como el Seguro Popular como alternativa al IMSS, y la pensión de adultos mayores respecto al régimen formal de pensiones, pese a que se crearon con la intención de atender a la población sin acceso a los servicios del Estado.
Moy añadió que otro cuello de botella es el régimen fiscal y de competencia fiscal, diseñado para que empresas que nacen micro pequeñas y pequeñas no den el salto hacia una de mayor tamaño, que generen más empleo y sean más productivas. “En la loable intención de no afectar a los pequeños negocios, lo que hacemos es incentivarlos a que no crezcan”.
La directora de México ¿cómo vamos? dijo que si no se resuelven estos cuellos de botella regulatorios, de nada servirán los esfuerzos que se hagan por mejorar la educación, la infraestructura y el acceso al crédito para detonar la productividad y por ende, el crecimiento económico.